El Río De La Hoz Seca: Visión geográfica y fotográfica de su tramo final

La Campana

Es tarea difícil encontrar en España un curso de agua de más de 30 kilómetros tan serrano como el Río De La Hoz Seca. Este supera los 32 y no hay ningún punto de su cauce que se encuentre a menos de 5 kilómetros de algún lugar habitado. Ni una sola de las poblaciones más cercanas (Bronchales, Orea, Checa, Orihuela Del Tremedal, Peralejos De Las Truchas, Griegos y Chequilla) realiza vertidos en sus aguas. Una vez más, como tantas y tantas otras, en la zona PuraSierra serrano es sinónimo de puro.

Podemos encontrar su nombre escrito de muy diferentes formas, aparte de utilizada en el título de este artículo. Lo vemos como Río Del Puerto, De La Hoz Seca, Hoceseca, Oceseca y de otras formas más o menos libres. Eso sí, todas menos la primera hacen referencia a los muchos meandros encajados que en su curso medio forman estructuras orográficas con nítidas formas de hoz profundamente talladas en la tierra. 

Si bien es cierto que, debido a las filtraciones, su cauce suele no llevar agua en un tramo situado más o menos en el centro de su recorrido, no estamos precisamente ante un río tan seco como el que sugiere su nombre. De hecho, como veremos más abajo, lo que nos vamos a encontrar es justamente lo contrario.

Como ocurre también en muchas otras ocasiones en esta zona, el terreno físico no es acorde con el administrativo y observamos que el río nace en la merecidamente afamada Fuente Del Canto (perteneciente al término municipal de Bronchales en Teruel) y, en su primer tramo, pasando por el de Albarracín, discurre por la Comunidad Autónoma de Aragón, para cruzar más allá a la de Castilla-La Mancha. En esta última transcurre por Orea y Checa para servir de mojonera entre este último municipio y Peralejos De Las Truchas, todas ellas poblaciones guadalajareñas. Finalmente entrega sus aguas al Río Tajo en su orilla derecha. Justo enfrente, en la izquierda, las tierras pertenecen a Beteta (Cuenca).

Muchas cosas pueden contarse de este río de aguas límpidas y puras, y en PuraSierra seguiremos haciéndolo. En este artículo, no obstante, vamos a referirnos a la parte final del mismo, concretamente a sus últimos 3400 metros y, lógicamente, a sus alrededores. Y es que en esos tres kilómetros largos encontramos materia más que sobrada para disfrutar tantas veces como visitas hagamos a ese entorno prodigioso.

Veamos a continuación una vista aérea de la zona en la que se indican los puntos concretos que más adelante comentaremos. Es una representación en tres dimensiones con la elevación exagerada y algo distorsionada. Es buena, no obstante, para comprender la orografía del área.

Las Juntas y zona adyacente
Las Juntas y zona adyacente
Teniendo en cuenta que el norte está hacia abajo, el río (en azul) que cruza horizontalmente la imagen es el De La Hoz Seca. Se observa perfectamente como desemboca en el Tajo (también en azul). Se han resaltado (en marrón) dos caminos. El más largo, que cruza de abajo a arriba la imagen tiene su origen en Peralejos De Las Truchas (hacia el norte o hacia la parte de abajo de la imagen). Es la única población accesible en automóvil convencional.

Los 3400 metros que hemos comenzado comienzan en el punto marcado como Vado Del Río De La Hoz Seca. Concluyen, lógicamente, en la confluencia entre este y el Tajo. El paraje está marcado en el mapa y se llama Las Juntas.

La pista que va de Peralejos De Las Truchas hasta el vado tiene una longitud de 11,8 kilómetros en estado muy aceptable. El vado implica, para quien quiera continuar, que tiene que cruzar el río. Para caminantes y ciclistas se construyó hace algunos años un moderno puente peatonal (también indicado en la imagen) que permite hacerlo sin la menor dificultad. Los vehículos motorizados que estén autorizados, sin embargo, si quieren continuar, deben vadear el río. Veamos fotografías del vado y el puente:

Vado Del Río De La Hoz Seca
Vado Del Río De La Hoz Seca
Puente peatonal en el Río De La Hoz Seca (vista 1)
Puente peatonal en el Río De La Hoz Seca (vista 1)
Puente peatonal en el Río De La Hoz Seca (vista 2)
Puente peatonal en el Río De La Hoz Seca (vista 2)
La profundidad del agua depende de la época del año y de la pluviosidad previa. No obstante, el Río De La Hoz Seca es bastante caudaloso. Su cruce siempre supone un riesgo, aunque esto, normalmente, será lo de menos para quien quiera y esté autorizado a arriesgarse a seguir el camino. El motivo es que por delante se enfrentará a la temible Cuesta Del Acebar, marcada también sobre la fotografía aérea.

Quien la ha subido a pie sabe lo que es sudar, con independencia de la ápoca del año. El que la ha subido en bicicleta sin bajarse de la misma en ningún momento ya puede decir que es todo un campeón sobre las dos ruedas. Por último, el que lo haya hecho en medio motorizado puede asegurar que el vehículo en el que lo hizo superó una prueba de la máxima exigencia.

En PuraSierra pensamos que lo mejor para disfrutar de estos caminos son los motores humanos. Para los de tipo mecánico, y también para personas que andan o pedalean, según se cruza el río aparecen estas dos señales de tráfico:

Señal de pendiente de subida (30%) al comienzo de la Cuesta Del Acebar
Señal de pendiente de subida (30%) al comienzo de la Cuesta Del Acebar
Señal de peligro indeterminado al comienzo de la Cuesta Del Acebar
Es insólito que en un sitio como este aparezcan este tipo de señales (seguramente tanto como ver una pendiente con un desnivel semejante), pero el que avisa no es traidor. Si, con lo que ya hemos dicho y después de verlas, a alguien le quedan ganas de intentar subir, muy posiblemente se merecerá lo que le ocurra a su vehículo. La segunda señal se refiere a peligros no determinados, entre los cuales pensamos que destaca el que ofrecen las piedras del camino, enormes y desprendidas. Veamos una foto parcial del mismo:

Cuesta Del Acebar
Cuesta Del Acebar
La Cuesta Del Acebar salva un desnivel aproximado de 300 metros. Por encima se ofrecen al viajero muchas posibilidades para continuar su periplo. En otra ocasión continuaremos por ahí. Sin embargo ahora vamos a describir el accidente orográfico más sobresaliente una vez hecha la subida. Se trata de La Campana, tremenda mole rocosa que, como puede verse en la fotografía aérea anterior, domina todo este espacio. Es visible desde muy lejos y fácilmente reconocible. La imagen de portada de este artículo también le corresponde. En la siguiente puede verse a la derecha el final de La Campana y a la izquierda la parte de arriba de la cuesta:

Altos De La Campana y El Acebar
Altos De La Campana y El Acebar
Veamos La Campana desde dos diferentes posiciones en el camino entre Peralejos De Las Truchas y el Vado Del Río De La Hoz Seca:

La Campana vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas (toma 1)
La Campana vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas (toma 1)
La Campana vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas (toma 2)
La Campana vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas (toma 2)
Vamos a contemplarla ahora desde otros dos parajes mucho más lejanos (el Portillo Del Trabuco y El Machorro), ambos situados a mucha más altura y en la otra orilla del Río Tajo:

La Campana vista desde el Portillo Del Trabuco
La Campana vista desde el Portillo Del Trabuco
La Campana y Las Terreras De La Virgen vistas desde El Machorro
La Campana y Las Terreras De La Virgen vistas desde El Machorro
En la última foto puede verse La Campana en la parte derecha, al fondo. En el lado izquierdo, y en un plano mucho más próximo, se observa una significativa mancha blanca que corresponde a Las Terreras De La Virgen, a las cuales PuraSierra dedicó otro artículo hace unos meses. Existen otras, cercanas al lugar del que estamos hablando, llamadas Las Terreras de Navarejos. No son tan impresionantes como las otras pero están ubicadas en un lugar excepcionalmente bello y con vistas privilegiadas. En la fotografía aérea inicial podemos observarlas.

Recordemos que a esta altura la margen izquierda del río corresponde al término municipal de Checa, mientras que la otra queda para Peralejos De Las Truchas, y así será hasta Las Juntas, paraje en la confluencia entre los ríos Tajo y De La Hoz Seca. Caminando por esta, y a un escaso cuarto de hora del vado y el puente peatonal, encontramos un lugar en el que durante incontables años se convirtió la piedra ferruginosa en hierro. Se trata de la llamada Herrería (o Herrería De Los Morencos). Hoy en día solo quedan ruinas de la misma, pero puede observarse lo importante que llegó a ser no hace tanto tiempo. En primer lugar vamos a contemplarla desde lejos para hacernos una idea se su maravilloso entorno:

La Herrería vista desde encima de la Cuesta Del Acebar
La Herrería vista desde encima de la Cuesta Del Acebar
La Herrería vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas
La Herrería vista desde el camino a Peralejos De Las Truchas
Estamos en un sitio de leyenda, emblemático y, para algunos, encantado. Hay mucha historia aquí, sobre todo en la señorial casona que preside el entorno. Observémosla un poco más de cerca:

La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 1
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 1
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 2
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 2
Mucha gente dependía de esta casa en sus momentos de esplendor. Llego a ser una de las más importantes herrerías del Alto Tajo y a su alrededor había pajares y zonas de cultivo que permitían la subsistencia de sus habitantes. Hoy solo quedan restos de lo que llegó a ser:

La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 3
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 3
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 4
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 4
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 5
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 5
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 6
La Herrería (Peralejos De Las Truchas). Vista 6
Una vez dejada atrás La Herrería vamos a cambiar de orilla. En el lado checano, aguas abajo, encontraremos varios manantiales, prácticamente en el cauce, que incrementan el caudal del río. Son aguas que bajan de La Campana y sus aledaños. Siguiendo por ese lado llegaremos a una explotación hidroeléctrica. Consta de un embalse (Presa De Navarejos) y un canal de derivación de agua (marcado con una línea verde sobre la fotografía aérea mostrada más arriba) de los cuales hace uso la Central Hidroeléctrica De Navarejos, nombre que le viene del paraje en el que se enclava.

Dique de la Presa De Navarejos
Dique de la Presa De Navarejos
Canal de derivación a la Central Hidroeléctrica De Navarejos
Canal de derivación a la Central Hidroeléctrica De Navarejos
Gas Natural Fenosa tiene los derechos de explotación de dicha Central, los cuales están subarrendados a otra empresa que también se ocupa de otras explotaciones del mismo tipo en otros ríos serranos. En febrero de 2019 vence el período de concesión otorgado, responsabilidad hoy día de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). EL tiempo de la concesión es de 25 años, habiendo rechazado la CHT en 1997 una ampliación solicitada hasta 40. El caudal autorizado es de 5,00 metros cúbicos por segundo y la potencia nominal de 782 kilovatios.

A la Central puede accederse por una pista, marcada en la fotografía aérea mostrada, que parte del camino entre Peralejos De Las Truchas y el Vado Del Río De La Hoz Seca. Puesto que está en la orilla checana del río, un puente permite su cruce. Es el último puente sobre este río. Veamos un par de fotografías de la Central:

Central Hidroeléctrica De Navarejos (vista 1)
Central Hidroeléctrica De Navarejos (vista 1)
Central Hidroeléctrica De Navarejos (vista 2)
Central Hidroeléctrica De Navarejos (vista 2)
Desde aquí hasta Las Juntas, punto de intersección de nuestro río con el Tajo, hay un tramo muy corto a lo largo del cual el Oceseca fluye tranquilamente, en todo su esplendor, hasta su destino. Sus aguas son tan puras como lo eran treinta kilómetros más arriba, eso sí, ahora mucho más abundantes.

Río De La Hoz Seca (vista 1)
Río De La Hoz Seca (vista 1)
Río De La Hoz Seca (vista 2)
Río De La Hoz Seca (vista 2)
Llegamos a Las Juntas. Por nuestra izquierda llega el Río Tajo. Desde su nacimiento hasta aquí ha recorrido unos 42 kilómetros y le faltan casi 1000 para llegar al Océano Atlántico en Lisboa. No ha recibido aún ningún afluente de mucha importancia y por lo tanto es aún un niño. Sus aguas hasta aquí todavía no han circulado por población alguna y son tan puras como el aire que se respira en estos parajes. Los amantes del Geocaching tienen aquí un Tesoro que visitar.

El Río Tajo justo antes de Las Juntas
El Río Tajo justo antes de Las Juntas
Será a partir de aquí, con el aporte del Río De La Hoz Seca, cuando, convertido ya en adulto, se convierta en el gran río admirado y conocido por casi todo el mundo. Veamos el sitio exacto de la tranquila desembocadura:

Las Juntas (el Río De La Hoz Seca desemboca en el Río Tajo)
Las Juntas (el Río De La Hoz Seca desemboca en el Río Tajo)
A la derecha de la fotografía podemos ver los últimos metros del Río De La Hoz Seca. Por la parte izquierda llega el Tajo. Hacia el fondo fluye este ya con el aporte de agua del primero.

La imagen deja entrever que viene más agua por la derecha que por la izquierda. Es cierto, y los habitantes de los pueblos cercanos siempre lo han proclamado. El dicho común en la comarca es:

El Tajo lleva la fama y el Oceseca el agua

Reforcemos aún más este conocimiento con el siguiente par de fotografías aéreas (generadas con Google Earth) de la intersección de ambos ríos:

Fotografía aérea lejana de Las Juntas
Fotografía aérea lejana de Las Juntas
Fotografía aérea cercana de Las Juntas
Fotografía aérea cercana de Las Juntas
Con dos grados de aproximación diferentes, ambas muestran Las Juntas y la zona circundante. En la segunda se observa mucho mejor que el Río De La Hoz Seca lleva más agua y, además, que es su coloración la que adquiere el Tajo tras la desembocadura.

Frente a Las Juntas, en la otra orilla del Tajo, termino municipal de Beteta, podemos observar una escarpada ladera en la cual, a media altura, hay tilos centenarios (se ha marcado el lugar en la fotografía aérea inicial). Tanto aguas abajo como, particularmente, aguas arriba, encontraremos gran cantidad de ellos. En su época de floración es una delicia pasear entre sus sombras.

Vista del Río Tajo y de los tilos de su orilla izquierda (Beteta)
Vista del Río Tajo y de los tilos de su orilla izquierda (Beteta)
Hemos llegado al final del Río De La Hoz Seca y de nuestro artículo. Hemos recorrido algunos parajes del corazón más serrano de la zona PuraSierra. Pronto volveremos sobre otros.

Río De La Hoz Seca (vista 3)
Río De La Hoz Seca (vista 3)
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21 comentarios :

  1. Hola Jose María.

    Y yo pensaba que la zona de mas y mayores tilos de Cuenca era la Hoz de Beteta. Incurría en error. Todo el lado conquense del Tajo por allí es un muestrario increíble de este impresionante árbol.
    Enhorabuena por el artículo y totalmente recomendable la visita a estos parajes.
    Un abrazo.

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    3. Toni, recordar a ti y a José María que en la margen derecha del Tajo por Peralejos de las Truchas en el paraje denominado Las Rochas también abundan buenos ejemplares de tilos centenarios. Como muestra adjuntos estas dos fotos:

      http://www.panoramio.com/photo/55730624
      http://www.panoramio.com/photo/43208137

      tomadas en el citado lugar.

      Enhorabuena a los dos por vuestros excelentes trabajos en favor de La Serranía y el Alto Tajo.

      Un saludo para los dos.

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    4. Muchas gracias Leoncio. Ya me has puesto tarea. Iré a abrazar esos tilos. Tengo recorrida la ladera de enfrente (debajo del Tornillo) hasta el meandro de Las Rochas, pero no esa.

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    5. Sólo que deberás ir acompañado de buenos bastones o mejor varas de avellano -de los que tanto proliferan por allí- por la fuerte y continúa ladera existente con una pendiente superior, a veces, al 50%; teniendo en cuenta, además, que es una de las zonas más escarpadas del curso del Tajo por Peralejos.

      Bastaría con preguntar a los buenos pescadores de antaño la gran dificultad que encontraban para acceder hasta las cristalinas, virginales e impolutas aguas del joven Tajo dentro de aquel inaccesible desfiladero.

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  2. La verdad es que en la margen izquierda del Tajo es donde más tilos hay. Toda la vida en Tragacete se ha ido a coger tila a los tilos de Rilaga, situados también por ese lado, muy en pendiente (que es como más les gusta a los tilos salvajes; al menos a los que yo conozco) y cercanos al Arroyo Del Chispo. Algunos deben ser realmente muy viejos.

    No obstante, los tilos no abundan en nuestra zona. Como los tejos, son escasos y hay que preservarlos. También son mágicos. Hay muy poquitos días para recolectar la tila. Tengo pendiente sendos artículos sobre ambos (de los tilos hay escasísima toponimia pero bastante de los tejos).

    Otros reductos que conoces perfectamente son los de la Hoz de Beteta y los de Garcielligeros, en la parte del Júcar.

    Como anécdota, en un sitio para comer o cenar que me encanta, muy cercano a Cuenca, La Noguera (en Palomera) hay un tilo que en floración es increíblemente bonito. Está al lado del gran árbol que da nombre al Hostal Restaurante.

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  3. Para mí, el rincón numero 1 del Alto Tajo.....salvaje, inhóspito, mágico y precioso.

    No me canso de visitarlo y fotografiarlo....

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  4. Chema, una vez más enhorabuena por tu reportaje.
    Quiero hacer una aportación sobre lo que en los comentarios se cita sobre los tilos. No me parece cierto que sea una planta escasa en el Alto Tajo. O, al menos, no tan escasa.
    Sabemos que en su espacio natural el tilo se desarrolla en climas fríos y húmedos. Este es un hábitat apropiado, al menos desde su nacimiento hasta Peralejos de las Truchas, en su vertiente izquierda, la zona de umbría. Los encontramos en Veguillas del Tajo y, luego, ya en la finca de Belvalle, bajo las vertientes de El Misal, el Tornillo, Las Cumbres, El Machorro, El Cerrillo de las Cabras, etc.
    También se crían en la hoz de Beteta, especialmente en la ladera izquierda del río Guadiela, aunque en menor cantidad.
    Desde mi experiencia personal quiero contar que en los años sesenta y setenta del siglo pasado muchas familias de Peralejos de las Truchas, de Cueva del Hierro, de Masegosa y de otros pueblos próximos se ganaban la vida, al menos durante un mes, recolectando la flor del tilo.
    Probablemente hoy, por las medidas proteccionistas, esto estaría prohibido. Aunque se cortaban algunas ramas para luego esmotarlas en el suelo, recuerdo tilos mucho más vigorosos que los actuales, que parecen avejentados.

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    1. Gracias por la aportación, Joaquín. La verdad es que nunca pensé que dieran para tanto los tilos del Tajo. Debe haber algunos rodales bien grandes en Belvalle que no he visto.

      No tengo critero para decir si están más o menos avejentados. Los de Rilaga, que son de los que puedo hablar con propiedad porque los he visto durante muchos años, están para mi igual que siempre. El tilo salvaje es un árbol que a mi siempre me ha parecido vetusto y medio muerto. Pero cuando llega junio empieza a rejuvenecer y se llena de flores. Sin embargo, el cultivado, parece otro árbol totalmente distinto.

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  5. Lo que quería aportar en el último párrafo de mi comentario sobre los tilos, los autóctonos, es una crítica sobre las políticas forestales modernas.
    Lo que ahora se protege, que se ha recibido de muchas generaciones anteriores, está lleno de preceptos prohibitivos sobre usos que practicaron siempre los lugareños para aprovechar los recursos que ofrece el monte y que, sin consideraciones como la de la “parada vegetativa”, nos legaron con más calidad que la que ahora mismo tenemos: Piensa solo en lo denso y lo sucio que está el monte.
    Las actividades forestales que promueve la Administración ahora tienen que ver más con la extinción de fuegos –que sale en los telediarios- que con la conservación natural de los montes. Un monte es como un huerto: todo no cabe y hay que seleccionar qué especies vegetales promocionamos y cuales hay que sacrificar. Pero todo junto es la pira esperando una cerilla.
    Cuando cogía tila con mi padre, él se subía al árbol y cortaba las ramas laterales más cargadas de flor. Obviamente, dejaba las guías verticales y algunas horizontales. Era junio o julio cuando se podaba, en plena época de vigor de la sabia. Y, sin embargo, dos o tres años después ese tilo volvía a tener ramas más jóvenes y más vigorosas.
    También en mis años adolescentes acarreé leña que mi padre sacaba subiéndose a los pinos –muchas veces en primavera- y cortando las ramas laterales más gordas. Tampoco vi nunca que se secaran los pinos. Si vi que la naturaleza, que siempre utiliza las leyes de supervivencia, había cicatrizado rápidamente las heridas y luego, con menos elementos a alimentar, había dedicado su energía vital a crecer.
    No recuerdo haber estado en los tilos de Rilaga, que tú conoces mejor –es una razón más para ir, porque sí conozco sus inmediaciones-, pero al fin todos son iguales. Te propongo, y por extensión a tus lectores y a los ingenieros y trabajadores forestales, que podes uno de ellos, incluso en primavera -mejor sin testigos por lo de las prohibiciones- y luego vuelvas al año siguiente a ver qué pasa. Apuesto a que verás juventud en el árbol.

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    1. Lo que dices, efectivamente, está pasando. Yo no soy el más conocedor del tema pero los que llevan toda la vida en tareas de recolección dicen justamente lo mismo que tú. Tanta prohibición, por ejemplo de todo tipo de hierbas que siempre se han buscado y recogido (los tres tés, la manzanilla, el orégano, la ajedrea, la morquera, el tomillo, etc.) por parte de gente que no sabe de campo, es perniciosa a la larga. Se está rompiendo la simbiosis que había entre la actividad humana y la conservación del entorno. Al menos los usos tradicionales deberían ser autorizados para la gente del campo. Este tipo de labores podrían ser, además, una fuente de actividades económicas (cooperativas y/o pequeñas empresas) ayudando a la repoblación humana de estas tierras.

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  6. Buen día, desde Argentina
    Llequé al artículo buscando información sobre mi apellido. Soy Morencos, segunda generación en este país, luego de que mi abuelo llegara en alrededor de 1912. Si bien nació en Teruel, la información que vengo recabando me orienta hacia las tierras que se describen en el artículo. Hace poco más de un mes visité, por primera vez, España. Me anoto este itinerario para el próximo viaje. Ojalá pueda ir despejando la información que, por ahora, es imprecisa. De momento, quiero consultar si la Herrería es Morencos o Marencos, pues en otros sitios aparece como el primero.
    Cordialmente,
    Marcelo Morencos
    Ciudad de La Plat, Provincia de Buenos Aires, República Argentina
    mmorencos@gmail.com

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    1. El apellido es "Morencos". "Marencos" era un error ya subsanado. Suerte en tu búsqueda, Marcelo. Te he mandado un mensaje privado a la dirección de correo indicada. Saludos cordiales,

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  7. Ya no es tan idílico, en el tramo de Orea una empresa esta deforestando su cauce con la excusa de extraer los pinos tumbados por el temporal del día 12 de Abril de 2018. Extraen pinos tumbados y no tumbados de todas las edades, asolan el suelo de sus riberas e incluso el lecho del rio, -turberas incluidas-, con maquinaria pesada y las autoridades del lugar lo consienten. Lamento no poder completar tu maravillosa colección de fotografías con las del desacato que se está cometiendo en este momento.

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  8. Hola!!
    Buen reportaje que desgrana esta parte del río de Hoz Seca. A mi es un paraje que me fascina. En tres ocasiones he recorrido esa zona, una de ellas durmiendo en la misma Junta.
    En mi blog tengo dedicada una entrada, a una travesía que realice por esos pagos.
    Saludos.

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  9. Hola Jose María tu reportaje está muy bien, pero me tustaría saber de dónde has sacado la información de la propiedad de La Herrería, por que,el hecho de que doña Manuela Lopez de Morencos estuvo casada con quién? Por que esa casona, al menos en parte fue siempre de los Arauz de Peralejos, si Manuela López Morencos casó con algún Arauz, quizá habría que saberlo?
    Gracias

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    1. Hola.

      Lo cierto es que en este artículo no atribuyo a nadie la propiedad de La Herrería. Es muy conocida, y así lo indico, como "de Los Morencos". No obstante, te comento que, hasta donde yo sé, la unión entre las familias Morencos y Araúz viene desde el casamiento en 1817 de Julián Morencos y Marcelina Araúz. Tuvieron al menos cuatro hijos, dos de los cuales, Fabriciano Francisco y Román, alcanzaron cierta notoriedad más allá del ambiente serrano en el que nacieron.

      No puedo saber quien eres puesto que figuras como "Anónimo". Si tienes interés en el tema puedes localizarme a través de la sección "Contacto" de esta misma página.

      Saludos cordiales,

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